La Catedral de Santander es el edificio más antiguo de la ciudad. Quemada prácticamente en su totalidad durante el Gran Incendio de Santander de 1941, solo queda original la cripta de El Cristo, aunque fue completamente restaurada siguiendo los planos originales.
Breve historia de la Catedral de Santander
La actual Catedral de Santander se construyó sobre los restos de una antigua iglesia abacial dedicada a los mártires San Emeterio y San Celedonio, cuyos cuerpos o, al menos sus cabezas se decía que guardaba como reliquias. Según la tradición. en tiempos del emperador Diocleciano estos santos fueron martirizados en Calahorra y sus cabezas arrojadas al Ebro; aquéllas, de forma milagrosa, siguieron el curso del río y, a través del mar llegaron hasta la bahía de la villa marinera. Aún hoy, esas cabezas blasonan el escudo de Santander, siendo además el nombre de uno de aquellos mártires el origen del topónimo Santander (Sancti Emetherii-Sancti Emderi-Sante Endere-Santendere).
La que al comienzo de la Edad Media fuera Abadía de Sancti Emeritii et Celedonii, y posteriormente iglesia colegial de los Cuerpos Santos, se convirtió en 1754 en Catedral de la nueva diócesis de Santander.
La catedral está constituida por dos templos superpuestos, actuando el inferior como cripta del superior. A la iglesia baja o capilla de El Cristo , llamada así por el Cristo crucificado que preside su altar Mayor, se accede por una puerta situada bajo la galería de arcos apuntados que soportan el muro norte de la catedral. Esta cripta se comenzó a construir a principios del siglo XIII por iniciativa del abad Juan Dominguez. Estilísticamente responde a los primeros momentos de la arquitectura gótica; está constituida por tres naves de cuatro tramos, con sus correspondientes ábsides comunicados entre sí. La altura de las naves apenas alcanza los cuatro metros, pues sus bóvedas de crucería están formadas por arcos ojivales. La escasa altura de la construcción, así como los recios soportes que la sustentan, hacen que la oscura cripta de El Cristo transfiera más la sensación de recogimiento e interioridad del románico que la grandeza exultante del gótico.
Bajo el suelo de la nave del Evangelio se encontraron, en unas excavaciones realizadas entre los años 1982 y 1983, restos de construcciones de diferentes épocas que hoy pueden contemplarse a través del pavimento acristalado que se instaló una vez concluida la excavación. Entre los restos hallados destacan los de época romana, probablemente del siglo IV.
La iglesia de El Cristo, tanto por la pureza de sus formas como por su estado de conservación, es la parte más interesante de la catedral, además del monumento más antiguo de la arquitectura santanderina.
Exteriormente, el conjunto formado por la cripta y la iglesia superior ofrece más sensación de fortaleza que de catedral gótica; ayudan a ello la lisura de los muros, los robustos contrafuertes y la maciza torre que se levanta a los pies del templo. A la iglesia superior se accede a través del claustro situado en el lado sur.
En el interior, el templo está constituido por cuatro naves de diferente altura y anchura, siendo la situada en el lado norte un añadido posterior. La obra gótica, a la que corresponden la nave central v las dos laterales, debió de iniciarse a finales del siglo XIII o a comienzos del XIV. También entonces se levantó la torre, mientras que las capillas laterales fueron añadiéndose a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII. Algunas de éstas disponen de enterramientos con escudos de armas e inscripciones de cierto interés. Toda la cabecera del templo corresponde a la reedificación realizada tras el incendio de 1941. Entre los objetos más curiosos que pueden verse en la catedral destaca una pila de agua árabe decorada con una inscripción cúfica (escritura ornamental árabe de caracteres angulosos), y que ahora hace las veces de pila de agua bendita. Esta pieza se encuentra junto a la puerta de la sacristía y, según la tradición, fue traída desde Sevilla en el siglo XIII como trofeo de la campaña reconquistadora en la que participaron navegantes cántabros.
La catedral contiene además, en el ala norte del crucero, el mausoleo de Marcelino Menéndez Pelayo; su autor fue el escultor Victorio Macho y en él se representa la figura yacente del ilustre polígrafo con un libro abierto sobre el pecho en el que puede leerse: «¡Qué lástima tener que morir cuando me queda tanto por leer!». Esta frase fué pronunciada por Menéndez Pelayo cuando se encontraba agonizando. El conjunto catedralicio se completa con el sencillo claustro gótico de planta casi cuadrada. cuyo jardín fue, en época medieval, cementerio de la villa.
Información obtenida de la Diócesis de Santander.
Mapa de situación
La catedral se encuentra situada en el centro de Santander, justo pegada al edificio de Correos y los jardines de Pereda, y está situada casi enfrente de la Plaza Porticada.