Cantabria tiene la particularidad de que la playa y la montaña se encuentran muy próximas entre si. Por ello, esta ruta la podríamos realizar en cualquiera de los valles y zonas de costa de Cantabria, pero nos hemos decidido por el valle del Nansa por la belleza de su paisaje todavía poco modificado por la mano del hombre y por su cercanía a Valdáliga, una de las zonas de costa más bonitas de Cantabria.
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Comenzamos por la montaña
Si partimos de Santander nos dirigimos en dirección a Oviedo por la autopista A-68. La siguiente salida de San Vicente de la Barquera es el valle del Nansa y la cueva de El Soplao, nuestro primer destino, al que llegaremos por un camino muy bien señalizado.
La cueva de El Soplao no merece la pena sólo visitarla por la belleza de todas las formaciones geológicas que se encuentran en el interior, sino también por la espectacular ubicación donde se encuentra, siendo un inmejorable mirador de Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica.
Visitamos la Cantabria desconocida
Tras visitar la cueva, bajamos a la carretera principal y nos dirigimos a Puentenansa, para allí tomar la carretera que nos lleva a Cosío y Tudanca, nuestro próximo destino.
Tudanca es un bellísimo pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico y que está lleno de casonas montañesas. Merece la pena dejar el coche en el aparcamiento a la entrada del pueblo y subir andando por sus escarpadas cuestas disfrutando de las casonas que vamos dejando a nuestro paso. Especial mención merece la Casona de Tudanca, sede de un museo etnográfico y una excelente biblioteca.
Tras terminar nuestro agradable paseo, seguimos subiendo por la carretera para disfrutar con la vista desde los saltos del Nansa y el embalse de la Cohilla, y una vez metidos de lleno en el valle de Polaciones pararemos a comer y reponer fuerzas en cualquiera de los dos restaurantes del pueblo de La Laguna, que nos ofrecerán excelente comida casera a muy buen precio.
Vamos a la playa
Tras darnos un buen homenaje, nos dirigiremos de vuelta a Puentenansa para allí coger la carretera a Pesues, que fue donde dejamos la autopista por la mañana.
Cogemos la autopista A-68 en dirección Santander y nos salimos en el siguiente desvío hacia San Vicente de la Barquera. Tras darnos un paseo por esta bella villa marinera, salimos por la N-634 en dirección Santander por el puente de la Maza. Nada más cruzar el puente nos iremos a la izquierda hacia las playas. Primero pararemos en la playa de El Tostadero para disfrutar de la vista de San Vicente de la Barquera y Picos de Europa al fondo, para luego continuar por esa carretera y tras subir una empinada cuesta obtener una impresionante vista de Merón, una de mis playas favoritas de Cantabria.
Si seguimos por la carretera en dirección Comillas también pasamos por el bonito parque natural de Oyambre y su playa antes de llegar a esta bella localidad. Aquellos que se encuentren muy cansados pueden dirigirse a Santander por la autopista A-68, y los que todavía tengan fuerzas pueden ir a Santillana del Mar y terminar allí el día.